Marxism and Collapse - Declarations
¡Cataclismo Planetario!
¡Se supera la barrera de los 420 ppm de CO2 en la atmósfera!
1.
¡La catástrofe ecológica es ya totalmente inevitable!
En días recientes, la agencia científica norteamericana NOAA (US National Oceanic and Atmospheric Administration) publicó un reporte científico con datos de la estación metereológica de Mauna Loa (Hawaii) en donde se informa del rebasamiento de la barrera de los 420 ppm de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Este es un nivel no visto en la Tierra en los últimos cuatro millones de años. Recordemos además que las concentraciones de CO2 atmosférico durante el periodo pre-industrial no superaron jamás los 280-290 ppm, llegando los niveles actuales a representar un 50% de incremento en comparación a dicho periodo.
-Rebasamiento de la barrera de los 420 ppm de CO2 atmosférico
(Nota de prensa)
Lo anterior posee una importancia crucial porque plantea, entre otras cosas, que el rebasamiento del límite catastrófico del calentamiento global fijado en los 1.5 grados centígrados de aumento con respecto a la línea de base de la temperatura media planetaria del siglo XIX sería ya, por lo tanto, "físicamente" imposible de detener. En otras palabras, la sola cantidad de CO2 presente hoy en la atmósfera aseguraría un aumento de las temperaturas globales muy por encima de dicho límite.
Téngase en cuenta aquí, asimismo, no sólo el hecho de que estas concentraciones de CO2 se mantendrán en la atmósfera por cientos o incluso miles de años, sino que, además, la inexistencia hoy de ningún tipo de tecnología (o bien aquella que pudiera ser desarrollada en las próximas décadas) capaz de “remover” (o “capturar”) una fracción sustantiva de estas concentraciones. Lo anterior, al menos, no antes de que el calentamiento global se dispare hacia niveles posiblemente muy superiores a los 1.5 o incluso 2 grados centígrados por encima de la mencionada línea de base del siglo XIX.
-Tecnología y concentraciones de CO2
(Entrevista a Peter Wadhams, Martin Rees y Hugh Hunt)
-El calentamiento global se descontrola: 1880-2021
(Gráfico)
-A las puertas de un aumento de la temperatura global súper catastrófico
(Gráfico)
-Catástrofe climática, Colapso, Democracia y Socialismo.
Un debate entre Noam Chomky, Miguel Fuentes y Guy McPherson
(Entrevista-Debate)
2.
¡Ni el capitalismo ni el socialismo pueden evitar el colapso!
2.1. La estafa del capitalismo verde
Una cuestión clave asociada al problema de la superación de la barrera de los 420 ppm de CO2 atmosférico es, entre otras cosas, que estos niveles volverían en obsoletas todas las respuestas que poseería hoy la humanidad para intentar detener (o evitar) el inicio de una dinámica súper catastrófica del calentamiento global. Esto último, de hecho, sin siquiera considerarse los desafíos (también en gran medida insolucionables para la sociedad moderna) que representarían para nuestra especie otros indicadores de la actual crisis climática tales como, entre otros, el deshielo del Ártico y la disminución del efecto albedo terrestre, el aumento de los niveles oceánicos, el incremento de las concentraciones atmosféricas de metano, la potencial liberación de enormes cantidades de mercurio desde el Ártico a los mares como efecto del aumento de las temperaturas globales, el aumento de las temperaturas oceánicas y los niveles de acidificación marina, el agotamiento del agua potable, el avance de la desertificación en todos los continentes y su impacto sobre los sistemas de producción agrícola mundiales, etc.
-El peligro ártico
(Entrevista a Peter Wadhams)
-Last hours
(Trailer Últimas horas)
En el caso de las llamadas “soluciones tecnológicas” esgrimidas como una posible vía de solución ante el problema del calentamiento global en los marcos de la economía de mercado (propuestas aglutinadas bajo el concepto genérico de “capitalismo verde”); por ejemplo, la implementación de las llamadas “energías limpias”, existen de hecho variados estudios que demuestran que aquellas no constituirían, en realidad, ninguna solución para el problema de los actuales niveles de CO2 atmosféricos. Peor aún, su implementación a escala masiva podría incluso empeorarlos.
Lo anterior, entre otras cosas, debido a que el desarrollo de los sistemas energéticos basados en estas “fuentes limpias” (que dependen para su fabricación y funcionamiento de fuentes energéticas provenientes del petróleo u otros combustibles fósiles) debería asociarse a un incremento drástico de la “huella ecológica” de las mismas. Esto último asumiéndose la continuidad de los patrones de crecimiento actuales, necesarios para la reproducción de la economía industrial y la sociedad de masas moderna.
-Jorge Riechmann sobre el problema de las "energías limpias"
(Presentación)
-"El Planeta de los Humanos"
(Documental)
2.2. El socialismo no salvará el mundo
Los inéditos niveles de CO2 en la atmósfera sugieren que tampoco un potencial reemplazo del modo de producción capitalista por uno basado en la socialización de los medios de producción, el control obrero y la abolición de la propiedad privada burguesa, estaría realmente capacitado para evitar ni la superación de la barrera de los 1.5 grados centígrados de calentamiento global ni el tipo de derrumbe planetario que se asociaría a este último.
Una de las explicaciones de esto es que un potencial sistema socialista mundial tampoco contaría ni con las tecnologías ni con los recursos necesarios para lidiar con los niveles de calentamiento global asociados con estas concentraciones atmosféricas de CO2 (¡las cuales podrían incluso superar los 600 ppm durante este siglo!). Lo anterior, sobre todo si tenemos en cuenta que los proyectos socialistas modernos no han llegado a ser en el ámbito tecnológico-productivo mucho más que, en realidad, meros "reproductores" de los sistemas tecnológicos creados durante la revolución industrial. Ósea, que no han descubierto ni nuevas fuentes de energía ni inventado nuevas tecnologías que tuvieran un contenido cualitativamente diferente a las de los últimos siglos. En otras palabras, poseerían en esencia las mismas debilidades tecno-productivas que caracterizan a las sociedades capitalistas para lidiar con los efectos de la actual crisis ecológica planetaria.
A partir de aquí, se infiere por lo tanto que los sistemas socialistas (al menos tal como estos han sido concebidos durante la modernidad) deberían estar también incapacitados estructuralmente para hacer frente no sólo al problema ya mencionado de los actuales niveles de CO2 en la atmósfera, sino que, además, al resto de grandes crisis contemporáneas que están comenzando a desarrollarse de manera paralela a la crisis ecológica. Algunos ejemplos de dichas crisis son, entre otras, la crisis energética que enfrenta nuestra civilización como producto del agotamiento de los combustibles fósiles, el problema de la sobrepoblación mundial y el comienzo del actual fenómeno (inicial) de súper oleadas migratorias, así como también el peligro que representaría el avance de un fenómeno cada vez más extendido de escasez mundial de recursos.
Todo esto quiere decir que, independientemente de las estrategias adoptadas o los contenidos sociopolíticos de éste u otro "modelo socialista", sería el proyecto del socialismo moderno en sí mismo (en general), no importa si se trate de un regimen socialista burocrático o uno de democracia obrera plena, el cual estaría condenado a un derrumbe (o colapso) inevitable, esto una vez que se superen los 2, 3 o 4 grados centígrados de aumento de las temperaturas globales. Dicho de otro modo, con o sin socialismo mundial, con o sin planificación socialista, con o sin control obrero, la catástrofe ecológica planetaria y el colapso de la civilización serían ya imparables.
-Calentamiento global (4-5 grados centígrados)
(Serie)
-Video"No hay mañana"
(Documental)
-Video"10 mil millones"
(Documental)
2.3. El ecocidio socialista
Otra razón de la incapacidad estructural que tendría el socialismo moderno para lidiar con los efectos de una dinámica de crisis ecológica súper catastrófica debe encontrarse, asimismo, en el propio carácter industrial-productivista (anti-ecológico) que habría primado en el seno de prácticamente la totalidad de los Estados socialistas existentes en el pasado. Es decir, en tanto manifestación histórica concreta, los proyectos de sociedades socialistas durante la modernidad no han diferido mucho, al menos en términos ecológico-ambientales, de los diversos modelos de sociedades burguesas imperantes durante los últimos siglos. Esto es, la destrucción del planeta ha seguido avanzado inalterable durante toda la modernidad industrial en el seno tanto de las democracias capitalistas liberales y los Estados burgueses desarrollistas de mediados del siglo XX, así como también en el del resto de formaciones política-estatales surgidas en el último siglo; por ejemplo, entre otras, el III Reich nazi, el régimen stalinista o incluso la representada por algunas "democracias obreras" tales como la del régimen soviético durante los primeros años de la revolución de octubre bajo el influjo del partido bolchevique.
En el caso de la Unión Soviética, de hecho, no habrían existido así grandes diferencias al nivel de las políticas industrializadoras impulsadas por este Estado socialista en ninguna de sus etapas, aquello desde su fundación en 1917 hasta su derrumbe en 1991. Basta con traer a colación aquí, por ejemplo, el hecho de que las políticas industrializadoras defendidas por Trotsky durante los primeros años del poder bolchevique no presentaron diferencias sustanciales, al menos en lo referente al tipo de concepción utilitario-antropocéntrica y desarrollista de explotación y "apropiación" de la naturaleza que se encontró en la base de estas políticas, con las desarrolladas posteriormente por Stalin o los jerarcas soviéticos que le sucedieron. Dicho de otro modo, la diferencia entre las políticas industrializadores de Trotsky y Stalin habrían sido, desde el punto de vista del resguardo de los equilibrios ecosistémicos, más bien de grado que de contenido.
Otros ejemplos similares pueden encontrarse en las políticas industrializadoras (ajenas a cualquier consideración ambientalista) impulsadas en el seno de otras experiencias revolucionarias tales como las de China o Cuba. En el caso cubano, de hecho, recordemos que el Che Guevara se habría caracterizado por ser un entusiasta defensor del uso de agro-tóxicos y de las "maravillas" de algunas de las ramas más contaminantes y depredadoras de la industria química. En tiempos más recientes, resalta igualmente el apoyo que dieron el conjunto de las izquierdas trotskistas a algunas experiencias de auto-organización obrera tales como la de los Cordones Industriales durante los años 70s en Chile y, en años recientes, la de las fábricas Zanón y Madrigaft en Argentina. Esto último, sin preocuparse por desarrollar ningún tipo de crítica al papel de dichas empresas en el impulso de una serie de cadenas tecno-productivas y económicas que, no por encontrarse bajo control obrero, habrían dejado de ser menos contaminantes o destructivas en términos medioambientales. En el caso de la fábrica Zanón, se trataría como sabemos de una de las empresas más contaminantes en la actualidad en el rubro de la producción de cerámicos en América Latina.
2.4. El histórico desprecio de la teoría marxista por la problemática ecológica
Lo anterior también aplica para la propia teoría marxista, la cual, salvo casos aislados (aunque hoy con un reconocimiento cada vez mayor), mantuvo históricamente una importante impronta anti-ecológica. En realidad, salvo las reflexiones teóricas exploratorias de Marx y Engels alrededor del concepto de naturaleza y su relación con el trabajo humano, una gran parte de las corrientes teóricas marxistas no dieron hasta décadas recientes un papel realmente significativo ni al tratamiento teórico de la problemática ecológica ni a la integración de esta última a sus respectivos marcos programáticos y estratégicos.
Resalta en este ámbito, por ejemplo, el caso de las elaboraciones de Gramsci y la llamada Escuela de Frankfurt, artífices de un exacerbado giro teórico histórico-culturalista que, tal como plantea Bellamy Foster en su libro "La Ecología de Marx", literalmente excluyó del concepto de dialéctica cualquier consideración por los procesos naturales. Esto último convirtiendo dicho concepto, en última instancia, en una especie de entelequia histórico-cultural desconectada de la base última del desarrollo social (es decir, la naturaleza misma). O sea, borrando de un plumazo no sólo las reflexiones teóricas de Engels alrededor de los problemas de la llamada "dialéctica de la naturaleza", sino que, además, entre otras cuestiones, las propias elaboraciones de Marx en torno al papel de la naturaleza en la creación de la riqueza social.
Otra muestra de esta exclusión del problema ecológico de las discusiones teóricas y programáticas marxistas puede encontrarse en algunos teóricos del marxismo clásico tales como Trotsky, en los hechos uno de los pensadores más anti-ecológicos de la tradición marxista. Tal como ha señalado Daniel Tanuro en años recientes en su artículo "La Pesada Herencia de Trotsky", el pensamiento de este revolucionario habría destacado por una especie de concepción "brutal-industrial" del desarrollo social basada, entre otras cosas, en una idea de dominio al parecer absoluto y sin límites de la humanidad sobre la naturaleza "por medio de la máquina". Todo esto en el contexto de una obra intelectual marcada por una constante apología (acrítica) no sólo de los logros de la sociedad industrial, sino que, a la vez, de algunas de sus manifestaciones más nefastas y contaminantes. Traigamos aquí a colación algunos de los escritos poéticos de Trotsky mencionados por Tanuro en su citado artículo en los cuales aquel se dedica, por ejemplo dando cuenta del peso que tuvieron las concepciones industrialistas en la "subjetividad íntima" de este revolucionario ruso, a expresar una profunda admiración y "embeleso estético" ante la vista de las emanaciones de las chimeneas industriales de los centros fabriles socialistas.
Todo esto referiría, por lo tanto, a una situación de"atraso teórico" generalizado del marxismo en el ámbito de la teoría ecológica que sólo habría comenzado a ser superado (parcialmente) a partir de las décadas de 1980 y 1990 con las elaboraciones de una serie de teóricos ecosocialistas tales como, entre otros, Manuel Sacristán, John Bellamy Foster o Michael Lowy. Pueden destacarse aquí, asimismo, a pesar del adverso escenario ideológico existente durante el siglo pasado para los estudios de ecología marxista y la aplicación del pensamiento dialéctico a las llamadas "ciencias duras", los logros de una serie de científicos marxista tales como Richard Lewontin o Richard Levins en sus intentos por aplicar el pensamiento materialista dialéctico a los estudios ecológicos y biológicos. Esto en un contexto en el cual la aplicación de la dialéctica marxista a la esfera de los fenómenos naturales llegó a ser vista, como dijimos, como una muestra de "mecanicismo materialista" que sería ajeno supuestamente al propio marxismo.
Es decir, durante un periodo en el cual los intentos por aplicar los estudios dialécticos al "debate ecológico" llegaron a ser literalmente denigrados como "teóricamente burdos", esto como señalamos bajo el nefasto influjo anti-ecológico del llamado "marxismo occidental" y el tipo de distorsiones filosóficas que produjo en el marxismo su "deriva académica" durante la posguerra. Basta con recordar en este punto, por ejemplo, la moda teórica acádemica-universitaria (tan en voga en los círculos intelectuales marxistas de las últimas décadas) de rechazar una parte importante de la producción teórica de Engels por el peso que habría tenido en la misma la presencia de un supuesto "determinismo naturalista".
-Daniel Tanuro -"La Pesada Herencia de Trotsky"
(Artículo)
-Murray Feshbach - "Ecocidio en la URRS"
(Libro)
-Ecosocialismo versus Marxismo Colapsista. Michael Lowy, Miguel Fuentes y Antonio Turiel (Debate)
3.
¡Es necesario prepararse para el Colapso!
¡Una teoría y un programa para el Colapso de la Civilización!
(Sección en proceso)
-Una introducción al Marxismo Colapsista
(Artículo)
-La Revolución Socialista ante el abismo
(Artículo)
-¡Cataclismo Planetario!
(Artículo)
(En proceso)
-La Traición de las Dirigencias del PTS Argentino y el PTR Chileno a la Crisis Ecológica
(Declaración)
-¡El PTS expulsa a los referentes del marxismo ecológico argentino
Roberto Andrés y Valeria Foglia!
(Declaración)
*Esta declaración constituye un apartado de un documento programático más amplio escrito por Miguel Fuentes titulado "¡Cataclismo Planetario!"
Marxismo y Colapso
Junio 14-18, 2022
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